Se trataba de la primera industria de economía circular del país de insectos que fabriba aceites y harinas para la alimentación de animales, y fertilizantes orgánicos para abonar cultivos. Adjudicaron este cierre al "contexto global de la industria de los insectos, combinado con la situación económica argentina".
“Desde la instalación de nuestro bioterio experimental en Colonia Caroya (Córdoba) en 2019, hasta la operación exitosa de nuestra planta piloto industrial en Balcarce, hemos superado una multitud de desafíos y logrado tantas cosas que pensábamos imposibles. Lamentablemente, el contexto global de la industria de los insectos, combinado con la situación económica argentina, no nos dió la tracción suficiente para poder seguir adelante", manifestaron desde Procens.
La industria basada en insectos es joven y algunas de las pocas experiencias desarrolladas se realizaron principalmente en Europa, pero en América Latina aún no opera ningún actor a nivel industrial.
Los fundadores de Procens son el belga François Nolet y el francés Julien Laurençon, dos jóvenes que se radicaron en Argentina y buscaron inversiones para avanzar con este proyecto en la ciudad de Balcarce.
"Siempre hicimos mucho hincapié en consolidar vínculos humanos de calidad y vivir alineados con nuestros valores. Queremos agradecer a todas las personas que trabajaron en Procens a lo largo de estos años, a nuestros inversores, proveedores, clientes, autoridades locales, a las comunidades de Triple Impacto, y a todas las personas de nuestro ecosistema que fueron parte de esta hermosa aventura. Ustedes fueron nuestro gran motor durante todos estos años", manifestaron.
Asimismo, expresaron su agradecimiento a las comunidades de Colonia Caroya y de Balcarce por "habernos recibido con los brazos abiertos y hacernos sentir en casa".
"La aventura se termina acá para Procens, pero esperamos haber dejado una huella en el territorio y haber inspirado a personas, emprendedores y organizaciones con quienes compartimos el camino", apuntaron.
Esta industria tenía como protagonista a las larvas de mosca Solado Negro capaces de realizar un proceso natural de bioconversión, transformando basura en nutrientes de alta calidad para animales y plantas que se benefician de la eficiencia natural.
"Si bien la industria necesita tiempo para madurar, estamos convencidos que los insectos pueden jugar un papel importante en la transformación de la agricultura", expresaron.
"Nos quedamos con la linda sensación de haber vivido una aventura profundamente humana y guiada por el deseo de construir un mundo mejor", concluyeron.