La jornada estuvo atravesada por el tradicional concurso de asadores, que repartió más de un millón de pesos en premios y contó con cordero en cantidad suficiente para abastecer a todos los presentes, garantizando mesas llenas, pan tierno y el clásico humo criollo flotando entre risas, guitarras y encuentros.
Más de 100 jinetes participaron del imponente desfile criollo, con monturas lustradas, banderas y pañuelos en alto, en un recorrido cargado de emoción, identidad y patriotismo. En simultáneo, la plaza central se transformó en un gran fogón comunitario donde los asadores demostraron su oficio frente a un público que acompañó cada momento con entusiasmo. Las porciones se vendieron a precios accesibles y lo recaudado fue destinado a instituciones locales, sumando además un fuerte componente solidario.
El escenario también fue protagonista con danzas folklóricas a cargo de jóvenes talentos de Pila y la participación de músicos que le pusieron ritmo y emoción a una jornada que fue perfecta de principio a fin. La fiesta se completó con un gran baile popular, donde familias enteras celebraron hasta entrada la noche.