Sánchez Jauregui: “Las mujeres rurales sostienen la vida y la producción, pero siguen siendo invisibilizadas”

Con el lema 2025 “Sembrando con alma, cosechamos con las manos”, la dirigente destaca el aporte de las trabajadoras rurales en la producción, la sostenibilidad ambiental y la soberanía alimentaria, y subraya la importancia de avanzar en la reglamentación de la Ley SOS Rural, de su autoría.

“Cuando hablamos de mujeres rurales, hablamos de las que sostienen la vida cotidiana del campo. Son las que siembran, cuidan, crían y alimentan. Sin embargo, muchas veces su trabajo no está reconocido ni valorado como debería”, señala Sánchez Jauregui.

En Argentina, una gran parte de las mujeres rurales realiza tareas productivas y de cuidado en condiciones desiguales. En muchos casos, ellas mismas describen su labor como un apoyo al esfuerzo de los hombres, pese a que su aporte resulta indispensable para el funcionamiento de las economías regionales y la soberanía alimentaria del país. “Esa mirada cultural tiene que cambiar. La mujer rural no ‘ayuda’, trabaja. Y su aporte es fundamental para el desarrollo local y la producción nacional”, remarca.

El lema para el Día Internacional de las Mujeres Rurales 2025 es “Sembrando con alma, cosechamos con las manos”, una consigna que celebra el trabajo, la fuerza y la sensibilidad de las mujeres que día a día garantizan la producción de alimentos y la sustentabilidad de sus comunidades. Este lema reconoce su papel no solo como trabajadoras, sino también como guardianas del territorio y del ambiente. En un contexto donde el cambio climático impacta cada vez más en la producción, las mujeres rurales se han convertido en verdaderas agentes de resiliencia, aplicando prácticas sostenibles, cuidando los suelos y transmitiendo conocimientos que fortalecen la vida en comunidad.

A pesar de su rol esencial, las mujeres rurales siguen enfrentando brechas estructurales: menor acceso a la tierra, al crédito, a la tecnología y a la educación. Según informes internacionales, si tuvieran las mismas oportunidades que los hombres, la producción agrícola podría aumentar hasta un 30%, permitiendo alimentar a más de 100 millones de personas adicionales. “Las mujeres rurales trabajan el doble, pero ganan la mitad o, directamente, no son reconocidas como trabajadoras. Y esa es una injusticia que debemos poner en agenda de manera urgente”, sostiene la dirigente de UATRE.

En su rol como legisladora, impulsó herramientas concretas para atender las desigualdades que viven las trabajadoras rurales. Entre ellas, destacó la Ley SOS Rural, de su autoría, que crea un mapa interactivo para georreferenciar establecimientos rurales y facilitar una respuesta rápida ante emergencias médicas o situaciones de violencia. “En muchos parajes del país, una mujer que sufre una urgencia no tiene cómo ni a quién acudir. El Mapa SOS Rural busca cambiar eso, porque garantizar la seguridad y el acceso a derechos también es construir igualdad”, explicó, y agregó: “Necesitamos avanzar en su reglamentación para que esta herramienta sea una realidad efectiva en todo el territorio”.

Sánchez Jauregui concluye con una reflexión que atraviesa todo su trabajo: “Las mujeres rurales sostienen la producción,  son el sosten de la familia y la vida en la comunidad. Sin ellas, no hay campo posible. Por eso, reconocer su trabajo no es solo una cuestión de justicia: es una apuesta al futuro, a un país que valore a quienes, con sus manos, siembran la esperanza de todos.”

Desde UATRE, bajo la conducción de José Voytenco, se trabaja para consolidar un gremio federal e inclusivo, con una mirada integral sobre las realidades del trabajo rural en todo el país. El objetivo es seguir construyendo igualdad de oportunidades y fortaleciendo la presencia de las mujeres en cada espacio, desde la producción hasta la representación sindical.